domingo, 28 de julio de 2013

The Moody Blues: Seventh Sojourn

The Moody Blues - Seventh Sojourn

SEVENTH SOJOURN (1972)

1) Lost in a Lost World 2) New Horizons 3) For My Lady 4) Isn't Life Strange 5) You and Me 6) The land of Make-Believe 7) When You're a Free Man 8) I'm Just a Singer (in a Rock and Roll Band)

Así es, el séptimo álbum de la formación "clásica" de los Moodies y el cierre de la época dorada formada por el conjunto de discos conocidos como "Core Seven". Después de SS (es decir, por supuesto Seventh Sojourn; no confundir con scort service u otras cosas) el grupo dejaría de grabar como tal por seis años para resurgir de forma un tanto dudosa en los ochenta con el abandono de un miembro clave.

Pero estamos hablando de Sojourn. ¿Qué tal está el último álbum "clásico"? 

Si reconocemos algo tal como la fórmula "Moodie" para hacer un álbum, SS lo cumple al pie de la letra. Por supuesto, seguir la misma fórmula establecida desde DOFP no fue lo más atinado desde el punto de vista artístico, mucho menos cuando dicha fórmula fue perfeccionada tres años atrás. Dicho de otra forma, el pozo creativo se estaba agotando...

...¡no huyan aún! Falta aclarar que no es del todo malo seguirla, sobre todo si resultó ser probada. El mayor problema es que ya no era tan novedosa; aún así, este álbum contiene algunas piezas dignas de aparecer entre lo mejor de la agrupación inglesa. 

"Lost in a Lost World", a pesar del título y la clara sensación depresiva, es un gran comienzo. Para este punto, Pinder  comenzó a utilizar un instrumento similar al mellotron llamado Chamberlin. Como sea, "Lost" muestra una vez más el talento atmosférico-melódico de Pinder, quien seguía contribuyendo con buenas canciones. Desde el "fade in" de la pieza, donde aparece el sonido orquestal para después seguir con la voz de Mike y un buen trabajo en la guitarra de Hayward. Por cierto, Hayward contribuye tal vez con la mejor canción del álbum, "New Horizons", otra balada característica del autor de "Satin", con una sensación catártica el el coro. Es interesante como, después de "Lost", "New Horizons" comienza de manera casi tímida, como si no quisiera sacudirnos y en el coro ¡bang!

Para cerrar el lado uno, Thomas y Lodge compusieron "For my Lady" y "Isn't Life Strange". La segunda se convirtió en un clásico del repertorio en vivo y es claro por qué: es una canción pomposa, que pasa de un verso tranquilo a uno bombástico; tal vez sea la canción "Moody" que más se acerque a la sensación de "arena-rock". La primera es otra composición de Thomas, con la flauta como instrumento central, muy en la vena de "And the Tide Rushes In" del A Question of Balance. Muy buena primera mitad.

El segundo, por desgracia, es una pequeña decepción pues hay tres canciones que, por alguna razón, no dejan una marca tan permanente en el escucha. Sólo hasta "I'm Just a Singer" la emoción (claro, emoción "Moody"; no estamos hablando de hard rock) regresa con uno de los mejores intentos de la banda en hacer algo verdaderamente rocanrolero. El sonido de metales (provenientes del Chamberlin, por cierto) añade un bien toque de energía que tanto requería la parte final, casi como si de repente quisieran imitar (moderadamente) a Chicago.

En fin, buen álbum, aunque tal vez la compra menos esencial de esta época de la banda. ¿Por qué, se preguntarán? Pues, a una pregunta sencilla una respuesta sencilla: porque todo aquí lo hemos escuchado antes y mejor. De alguna forma, muchas canciones aquí contenidas parecen copias al carbón de tracks anteriores. "For my Lady"="And the Tide Rushes In". "I'm Just a Singer"="Ride my See-Saw". Evidentemente, un octavo álbum no era posible, cuando menos bajo la misma fórmula. Habían topado con un callejón. 

Hasta Octave seis años después, con nuevas ideas (no necesariamente mejores) y un sonido "fresco". 


lunes, 22 de julio de 2013

The Moody Blues: To Our Children's Children's Children


TO OUR CHILDREN'S CHILDREN'S CHILDREN (1969) 

1) Higher and Higher 2) Eyes of a Child Part I 3) Floating 4) Eyes Of A Child Part II 5) I Never Thought I'd Live to be a Hundred 6) Beyond 7) Out and In 8) Gypsy 9) Eternity Road 10) Candle Of Life 11) Sun Is Still Shining 12) I Never Thought I'd Live to be a Million 13) Watching and Waiting   


Una joya olvidada, sin duda alguna, lo cual no es sorpresa al tener la mala fortuna (por así decirlo) de aparecer en pleno 1969, un año intenso musicalmente. A pesar de ello, TOCCC merecería aparecer en cualquier lista que recopile lo mejor de ese año.

Parecería que los Moodies decidieron escuchar sus tres discos anteriores para encontrar los puntos flojos, dejar lo mejor y así crear lo que muchos consideran como su mejor álbum. ¿Qué fue lo que permaneció? La idea de un álbum conceptual (como en DOFP), la habilidad melódica de cada uno de los integrantes y, sobre todo, la gran selección de temas, porque TOCCC es el primer álbum de los Moody Blues que no tiene pero alguno; cada composición tiene algo que ofrecer y cada miembro contribuye cuando menos una canción memorable, lo cual no es algo menor. Después de contribuciones fallidas en Threshold, tanto Mike Pinder como Graeme Edge lograron redimirse. Definitivamente, 1969 fue un año de gran inspiración para la agrupación. 

El concepto, según el quinteto, se inspiró en la llegada del hombre a la luna, aunque esto no clarifica mucho las cosas; más bien parece (cuando menos para mí) acerca de la vida y lo que hay más allá, tratado de una forma universal (nuevamente, me es difícil imaginar un Dark Side of the Moon sin antecedentes como este, aunque no es una influencia comprobada sobre los Floyd). Sin embargo, cada quien puede tener su propia interpretación al mirar las letras, las cuales, dicho sea de paso, no son demasiado complejas, ni banales y, por lo general, fácilmente comprensibles. 

Independientemente del concepto, la música es fantástica: pop-rock, algo de folk y un tamiz sicodélico aunque no por ello ha dejado de sonar atemporal, como le ocurrió al In Search of the Lost Chord. Incluso la introducción bombástica, "Higher and Higher", es una pieza roquera con un coro pegajoso y no simplemente  una declamación con efectos de sonido en el fondo. Mike Pinder, por su lado y con su reconocible estilo, contribuye "Out and In", muy similar a sus anteriores composiciones pero con una mejor melodía y con un mellotron excepcional. De verdad, Pinder debería ser reconocido como uno de los mejores en dicho instrumento. 

Sin embargo, Hayward, Lodge y Thomas contribuyen las mejores canciones. Lodge además de sus dos partes de "Eyes of a Child", la primera un tanto folk y la segunda en su tan querido estilo de rock-pop a la Hollies, contribuye la mejor canción tal vez de su carrera: "Candle of Life". Experimenten algo: escúchenla y después busquen alguna de sus canciones de los álbumes ochenteros y vean la diferencia entre el Lodge de 1969 y el posterior. Como sea, es una gran canción, optimista aunque un tanto triste (que contradicción, ¿verdad?). 

Thomas, con "Floating", vuelve nuevamente a un estado anímico alegre y un tanto infantil (que no infatiloide). Y Hayward escribió una de la más conocidas en el repertorio Moodie: "Gypsy", una canción con una estructura relativamente compleja y uno de sus mejores esfuerzos en escribir una canción roquera. 

En verdad, una obra imprescindible en toda buena colección. Tal vez no sean virtuosos de forma individual, pero en este caso sus talentos se conjuntaron para crear algo más grande que la suma de sus partes: la guitarra de Hayward, las armonías vocales, las melodías, el mellotron de Pinder ofreciendo un sonido majestuoso en muchos cortes, todo se conjuntó de forma perfecta. Creo que sólo existe un problema: en sí, el álbum no ofrece nada que no hayamos oído antes en otro álbum de los Moodies. Pero sí es el primero que conjunta todo lo bueno sobre ellos, sin experimentos extraños ni canciones aburridas. 

Definitivamente se trata de una compra esencial. 

P.S. La reedición de 2008 añade algunos tracks extras como versiones alargadas y un par de interpretaciones en concierto. Nada esencial, pero si logras encontrar dicha edición, vale la pena.