miércoles, 1 de marzo de 2017

David Bowie: Introducción


David Bowie es una de las vacas sagradas más sagradas (valga la expresión) en el panteón del rock. Miembro distinguido del Jet Set, actor, celebridad, músico…Sin duda, su nombre está grabado con letras doradas, al lado de artistas como The Beatles, The Rolling Stones y The Who. Inclusive su fama (Fame, indeed) logró superara a grupos más innovadores y talentosos, como The Kinks.

La mayoría de los críticos, de ayer y hoy, no han dudado en etiquetarlo como uno de los más grandes genios que han trabajado con la música del diablo. Sin embargo, creo que dicho epíteto es un tanto erróneo. ¿Por qué?

Porque David Bowie NO es un genio. Al menos, no lo es si por “genio” entendemos lo que entendemos por John Lennon. En términos meramente musicales, Bowie nunca fue un maestro de la melodía, como The Beatles, ni un maestro de las letras, como Bob Dylan. En su larga y prolífica carrera, el reproche más grave que se le puede hacer es que en realidad nunca creó algo realmente nuevo, como los artistas ya mencionados. “Pero Galt”, dirá el lector imaginario de esta reseña, “¿y el glam?”. Bueno, querido lector, David Bowie no inventó el glam rock ni fue el primero en introducir elementos teatrales en el rock. Contemporáneos suyos, como Genesis, Peter Hammill, Roy Wood y Marc Bolan se le adelantaron. “Pero Galt”, dirá nuevamente el lector imaginario, “¿y la etapa de Berlín?”. Bueno, lector inquisitivo, la etapa de Berlín ciertamente es la única etapa en la carrera de Bowie en la que se acercó a crear algo nuevo; sin embargo, creo que dicho logro, en gran parte, se lo debemos a la colaboración de Brain Eno: sin Eno, no hubieran existido (al menos como los conocemos) Low y Heroes.

Claro, es sencillo llamarle el “gran camaleón”, por sus cambios constantes. Pero, a diferencia de The Beatles, cuya evolución álbum a álbum siempre aportaba algo nuevo, en el caso de Bowie significaba algo más. Cada álbum de Bowie siempre intentaba “mantenerse con los tiempos”. Por esta razón, encontramos incursiones en el glam, en la electrónica, en el industrial, en el soul y así, ad infinitum…Y es que el objetivo de Bowie, más allá de utilizar la música para crear algo nuevo (a excepción de los casos descritos), fue un vehículo para hacerse una celebridad (aunque no me malentiendan; no hay nada de malo con querer ser famoso). Y esto es claro al escuchar sus discos: aunque nunca (o casi nunca) cae en temas banales, hay contadísimas composiciones que suenen “sinceras” en su catálogo. Todo es un gran espectáculo, nene. Tal vez uno de los mejores y más brillantes espectáculos de la historia del rock, pero espectáculo, al fin y al cabo.

Sin embargo, si nos concentramos en las fortalezas del Delgado Duque Blanco, podemos decir lo obvio: tal vez no sea un genio, pero sin duda su talento es inconmensurable. Como lo mencionamos arriba, sus letras raramente son tontas o banales; y, aunque no sea un maestro de la melodía, esto lo compensa con una sabia elección de productores y un carisma enorme. Por cada canción débil en el aspecto melódico, el Duque es lo suficientemente sabio para ofrecer algo más para atraer la atención del escucha. Tal vez la mayor parte de sus grabaciones carezcan de sentimiento o sinceridad, pero la mayoría de sus álbumes son fascinantes.

Así que, ¿cómo acercarse al Duque? Pues, si no eres un fanático, es probable que lo único que necesites sea una compilación, de las muchas que existen en el mercado; casi todas son buenas y contienen lo esencial. Si este es el camino que deseas seguir, recomendaría altamente que, junto a dicha recopilación, se adquiriera la trilogía Station to Station-Low-Heroes (algunos incluirían Lodger, pero simplemente creo que no está al mismo nivel de los otros dos discos de la etapa de Berlín), álbumes clásicos por derecho propio y que contienen lo más atrevido e innovador que realizó Bowie en este mundo.

Discografía

1966: Early On
1967: David Bowie
1969: Space Oddity
1971: The Man Who Sold The World
1971: Hunky Dory
1972: The Rise And Fall Of Ziggy Stardust And The Spiders From Mars
1973: Aladdin Sane
1973: Pin Ups
1974: Diamond Dogs
1974: David Live
1975: Young Americans
1976: Station To Station
1977: Low
1977: Heroes
1978: Stage
1979: Lodger
1980: Scary Monsters
1983: Let's Dance
1984: Tonight
1987: Never Let Me Down
1989: Tin Machine
1991: Tin Machine II
1991: Oy Vey Baby
1993: Black Tie White Noise
1993: The Buddha Of Suburbia
1995: Outside
1997: Earthling
1999: Hours
2002: Heathen
2003: Reality
2013: The Next Day
2016: Blackstar