1)Another Day of Sun 2) Someone in the Crowd 3) Mia
& Sebastian's Theme 4) A Lovely Night 5) Herman's Habit 6) City of Stars 7)
Planetarium 8) Summer Montage / Madeline 9) City of Stars 10) Start a Fire 11) Engagement
Party 12) Audition (The Fools Who Dream) 13) Epilogue 14) The End 15) City of
Stars (Humming)
(Nota:
la reseña se realizó antes de ver el filme. Al final, se incluye una nota
aclaratoria sobre las impresiones después de ver el filme – HAG.)
Este
disco suscita una reacción bipolar…provoca que salga el Jekyll y Hyde que hay
dentro de Henry Galt…y supongo que no ayuda contenerse, así que lo diré alto y
fuerte: ¡este disco APESTA MUCHO! Pero al mismo tiempo, ¡ME GUSTA!
Supongo que
aquí podría terminar la reseña, pero seguramente algunos lectores querrán algún
tipo de justificación para afirmaciones tan contradictorias.
El
problema más fuerte que encuentro en esta pequeña banda sonora es que de verdad
parece una grabación hecha por “Varios Artistas”. “¿Y? ¡Así son las bandas
sonoras, Hank! ¿Qué rayos quieres decir con eso?”
Pero el problema va más allá. Creo que es uno de esos (raros, de hecho) discos
que, a pesar de que la música fue compuesta, en mayor parte, por una sola
persona (Justin Hurwitz), parece que hubo un compositor por cada pieza.
Y es
que la diversidad siempre será bienvenida en la música. Pero aquí, tenemos una
diversidad mecánica, forzada, sin cohesión temática. La La Land es una mezcla de pop, temas que intentan imitar los
musicales clásicos de Hollywood, jazz…Eso sí, les puedo adelantar que si
escuchan el disco antes de ver el filme, les deseo buena suerte para que
entiendan lo que pasa. De repente tenemos un tema a la usanza del cine musical
(“Another Day of Sun”), después tenemos un tema de jazz (“Herman’s Habit”) y
luego tenemos una pieza a cargo de John Legend (“Start a Fire”). Sobra decir
que me sentí un tanto “esquizofrénico” por decirlo de alguna manera, al
escuchar este disco (lo bueno es que su duración es corta). Y es que al final,
la banda sonora se descubre por lo que es: un álbum habitual, sin valor dentro
de la narrativa, un producto cuya existencia depende mucho de la actitud que
tengamos ante la película. Intenten seguir los hechos del filme a través,
únicamente, de sus canciones. Díganme si tienen suerte en encontrar coherencia
con lo que va pasando en la historia.
Y es
que es imposible calificar a La La Land
sin tomar eso en cuenta. Por ejemplo, uno puede escuchar la banda sonora de
grandes películas musicales y seguir perfectamente el hilo narrativo de la
historia. Fiddler on the Roof, West Side Story, y ni siquiera tocamos
el tema de las óperas rock, como Jesus
Christ Superstar (la cual, como ópera, narra la historia desde la primera
hasta la última canción). Al respecto, la música de La La Land difícilmente ofrece algo que no se haya escuchado en
filmes musicales. La música de La La Land es un trabajo que copia la forma,
pero agrega poca sustancia, ya sea al cine musical o al jazz.
“¿Pero
Galt”, dice un lector imaginario, “todo eso que dices qué importa si la música
es buena?” Y para esa pregunta, querido lector imaginario, tengo una respuesta
que le será satisfactoria: en realidad, la música es muy buena. Si hacemos de
lado el hecho de que no es música innovadora ni para los filmes musicales ni
para el jazz, es notorio que tanto Hurwitz y los músicos que participaron en la
grabación, definitivamente conocen y aprecian los géneros a los que homenajean
en esta banda sonora. Las melodías musicales son memorables y, en la mayoría de
los casos, evitan caer en la cursilería fácil (increíble, dado el tema de la
película). Incluso, si eres una persona del tipo romántico, algunas de ellas
pueden llegarte en algún nivel (en especial, “City of Stars”). El tema de John
Legend (el birnco estilístico más “extremo” en el disco) es interesante, ya que
recuerda al estilo de Stevie Wonder.
Y,
antes de llegar al veredicto, es necesario mencionar que Emma Stone y Ryan
Gosling hacen un buen trabajo en las voces. Sin ser grandes cantantes, el
desempeño es bueno, ya que evitan caer en excesos.
¿Veredicto
final? Pues depende mucho de la actitud que tenga cada uno con respecto a la
película. Puede verse desde tres ángulos:
- Si te encantó la película, es posible que te encante este disco y sea una adición sensata a tu colección.
- Si la película no te gustó y has visto otras películas musicales, es probable que no te ofrezca nada nuevo.
- Si te encantó el concepto de la película, es una buena adición.
La
última opción, creo, es lo que le da sentido a la existencia de este proyecto,
ya que puede motivar a muchos espectadores a escudriñar en la historia del jazz
y de los musicales.
(Nota
después de ver la película: Bueno, una vez que entiendes el filme, los brincos
conceptuales en la música son más claros, aunque confirma la teoría de que en
realidad no hay unidad temática en las canciones y de que la adquisición del CD
depende en gran medida del gusto que tengamos por la película - HAG).