martes, 25 de julio de 2017

Chicago: Chicago II


1. Movin' In; 2. The Road; 3. Poem For The People; 4. In The Country; 5. Wake Up Sunshine; 6. Make Me Smile; 7. So Much To Say, So Much To Give; 8. Anxiety's Moment; 9. West Virgina Fantasies; 10. Colour My World ; 11. To Be Free ; 12. Now More Than Ever; 13. Fancy Colours; 14. 25 Or 6 To 4; 15. Prelude; 16. A.M. Mourning; 17. P.M. Mourning; 18. Memories Of Love; It Better End Soon: 19. 1st Movement; 20. 2nd Movement; 21. 3rd Movement; 22. 4th Movement; 23. Where Do We Go From Here

El segundo disco de Chicago sigue, básicamente, la misma línea que el primero, salvo dos grandes excepciones. GRANDE excepciones, a decir verdad, porque para muchos este disco está por debajo del nivel del debut. Lo primero que hay que resaltar es la magnitude de este segundo álbum, ya que (al menos en su forma de LP), es doble, al igual que CTA. Esto significa que Chicago sigue en el modo “bombástico” y un tanto pretencioso. Incluso se contienen dos piezas divididas en movimientos. Pero veamos, ¿qué diferencias hay en este disco en comparación con el anterior?

Para empezar, este disco contiene una de las primeras baladas que grabó Chicago: la hipermegachoteada “Colour My World”. A pesar de que forma parte de la pieza conocida como “Ballet for a Girl in Buchannon”, esa sección se editó como sencillo y (¡oh Dios!) tuvo éxito. Para muchos, este fue un paso “mortal”, el momento en el que Chicago encontró un nicho en el género de “adulto contemporáneo”. Lo que muchos pierden de vista es que todavía faltaban muchos años para que la banda se pusiera en modo full power ballad. A pesar de esto, “Colour My World” fluye bien dentro del álbum y es la única balada por el momento.

El segundo aspecto negativo es más grave. Y esto es que, en algún momento de la grabación del álbum, el grupo decidió que, a partir de ahora, los instrumentos que siempre estarían al frente son los metales. El saxófón, el trombón y la trompeta toman un protagonismo evidente. El problema con este enfoque es que la guitarra de Terry Kath se le delegó a un segundo plano, como si el muchacho estuviera tomando mucho protagonismo. A mi modo de ver, lo especial de Chicago, como se escucha en CTA, es la mezcla entre dichos instrumentos de viento y la guitarra eléctrica (no por nada, se les conocía como la “rock and roll band with horns”).  Esto provoca que el álbum tenga un sonido un tanto monótono. Las partes en las que la guitarra tiene una participación importante son pocas.

La buena noticia es que la guitarra aparece en una de las mejores canciones de Chicago II (y del grupo). Me refiero a la mega famosa “25 or 6 to 4” (la cual, al contrario del conocimiento popular, no tiene un significado oculto; el título solo se refiere a la hora del día). El riff de la guitarra (que fue compuesto por Robert Lamm) es contagioso y memorable y se encarga de llevar la melodía principal. El solo de Kath, en el que usa un pedal wah-wah es sobresaliente.

Otro punto alto del álbum es el tema inicial, “Movin’ In”, con una melodía infecciosa, el cual resulta memorable por ser la primera canción; el coro también es pegajoso y alegre (el que dice “yes we know it!”). La suite de “Ballet” tambien fluye bien, aunque las partes más memorables y roqueras se editaron como sencillos: “Make Me Smile” fue un éxito, junto con la mencionada “Colour My World”. “Wake Up Sunshine” es otro gran tema, con un aire beatlesco (supongo que el grupo quería su propia “Good Day Sunshine”).

Hacia el final del álbum, sin embargo, la fuerza parece desaparecer. La suite “It Better End Soon” es pretenciosa, sí, pero hay algo peor: es aburrida. Al final, la atención se pierde un poco gracias a esa canción de “protesta” (al parecer, trata sobre la Guerra de Vietnam). Y peor aún, es que es una buena porción del álbum. Esta parte se podría haber omitido sin problema. Lo bueno es que, como un pequeño consuelo, el tema final es la primera contribución de Peter Cetera al grupo (“Where Do We Go From Here”). No es una obra maestro, pero es agradable y fue una buena decisión colocarla como el tema final.

En fin, este es un buen disco. No es esencial como el debut, pero es una buena adquisición para cualquier coleccción de rock. Tal vez la cantidad de temas geniales sea un poco menor que en el debut, pero los talentos de Lamm y de la sección de metales todavía están en plenas capacidades para escribir canciones interesantes y pegajosas.


Una nota técnica: Steven Wilson acaba de realizar una mezcla nueva de este álbum, así que también pueden adquirir esa versión mejorada. 

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