1. Movin' In; 2.
The Road; 3. Poem For The People; 4. In The Country; 5. Wake Up Sunshine; 6. Make Me Smile;
7. So Much To Say, So Much To Give; 8. Anxiety's Moment; 9. West Virgina
Fantasies; 10. Colour My World ;
11. To Be Free ; 12. Now More Than Ever; 13. Fancy Colours; 14. 25 Or 6 To 4; 15. Prelude; 16. A.M. Mourning; 17. P.M.
Mourning; 18. Memories Of Love; It Better End Soon: 19. 1st Movement; 20. 2nd
Movement; 21. 3rd Movement; 22. 4th Movement; 23. Where Do We Go From Here
El segundo
disco de Chicago sigue, básicamente, la misma línea que el primero, salvo dos
grandes excepciones. GRANDE excepciones, a decir verdad, porque para muchos este
disco está por debajo del nivel del debut. Lo primero que hay que resaltar es
la magnitude de este segundo álbum, ya que (al menos en su forma de LP), es
doble, al igual que CTA. Esto
significa que Chicago sigue en el modo “bombástico” y un tanto pretencioso. Incluso
se contienen dos piezas divididas en movimientos. Pero veamos, ¿qué diferencias
hay en este disco en comparación con el anterior?
Para
empezar, este disco contiene una de las primeras baladas que grabó Chicago: la hipermegachoteada “Colour My World”. A
pesar de que forma parte de la pieza conocida como “Ballet for a Girl in
Buchannon”, esa sección se editó como sencillo y (¡oh Dios!) tuvo éxito. Para
muchos, este fue un paso “mortal”, el momento en el que Chicago encontró un
nicho en el género de “adulto contemporáneo”. Lo que muchos pierden de vista es
que todavía faltaban muchos años para que la banda se pusiera en modo full power ballad. A pesar de esto, “Colour
My World” fluye bien dentro del álbum y es la única balada por el momento.
El segundo aspecto
negativo es más grave. Y esto es que, en algún momento de la grabación del
álbum, el grupo decidió que, a partir de ahora, los instrumentos que siempre
estarían al frente son los metales. El saxófón, el trombón y la trompeta toman
un protagonismo evidente. El problema con este enfoque es que la guitarra de
Terry Kath se le delegó a un segundo plano, como si el muchacho estuviera
tomando mucho protagonismo. A mi modo de ver, lo especial de Chicago, como se
escucha en CTA, es la mezcla entre
dichos instrumentos de viento y la guitarra eléctrica (no por nada, se les
conocía como la “rock and roll band with
horns”). Esto provoca que el álbum tenga un sonido
un tanto monótono. Las partes en las que la guitarra tiene una participación
importante son pocas.
La buena
noticia es que la guitarra aparece en una de las mejores canciones de Chicago II (y del grupo). Me refiero a
la mega famosa “25 or 6 to 4” (la cual, al contrario del conocimiento popular,
no tiene un significado oculto; el título solo se refiere a la hora del día).
El riff de la guitarra (que fue
compuesto por Robert Lamm) es contagioso y memorable y se encarga de llevar la
melodía principal. El solo de Kath,
en el que usa un pedal wah-wah es
sobresaliente.
Otro punto
alto del álbum es el tema inicial, “Movin’ In”, con una melodía infecciosa, el
cual resulta memorable por ser la primera canción; el coro también es pegajoso y
alegre (el que dice “yes we know it!”). La suite
de “Ballet” tambien fluye bien, aunque las partes más memorables y roqueras
se editaron como sencillos: “Make Me Smile” fue un éxito, junto con la
mencionada “Colour My World”. “Wake Up Sunshine” es otro gran tema, con un aire
beatlesco (supongo que el grupo
quería su propia “Good Day Sunshine”).
Hacia el
final del álbum, sin embargo, la fuerza parece desaparecer. La suite “It Better
End Soon” es pretenciosa, sí, pero hay algo peor: es aburrida. Al final, la
atención se pierde un poco gracias a esa canción de “protesta” (al parecer,
trata sobre la Guerra de Vietnam). Y peor aún, es que es una buena porción del
álbum. Esta parte se podría haber omitido sin problema. Lo bueno es que, como
un pequeño consuelo, el tema final es la primera contribución de Peter Cetera
al grupo (“Where Do We Go From Here”). No es una obra maestro, pero es
agradable y fue una buena decisión colocarla como el tema final.
En fin,
este es un buen disco. No es esencial como el debut, pero es una buena
adquisición para cualquier coleccción de rock. Tal vez la cantidad de temas
geniales sea un poco menor que en el debut, pero los talentos de Lamm y de la
sección de metales todavía están en plenas capacidades para escribir canciones
interesantes y pegajosas.
Una nota
técnica: Steven Wilson acaba de realizar una mezcla nueva de este álbum, así
que también pueden adquirir esa versión mejorada.
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